Comprometido con el resultado, conoce a fondo lo que hace y tiene una visión de conjunto. Actúa con obstinación, disciplina y enfoque en los detalles. Es práctico, siempre busca ser el mejor en lo que hace y nunca se rinde.
Siempre está disponible y predica con el ejemplo. Se indigna, no se conforma, no se calla ni se omite cuando ve algo que no funciona bien o que se puede mejorar. Está atento a gastar y ahorrar cada centavo. Está comprometido con la cultura de la organización.

Son directos, sinceros, veraces y transparentes en sus relaciones, siempre con respeto, de forma positiva, agregativa y acogedora. No se omite a sí mismo, expresa sus opiniones incluso cuando son contrarias a las de los demás. Sabe decir que no.

Es receptivo, accesible, disponible, no tiene día ni tiempo, siempre está listo y tiene el trabajo como prioridad. Está abierto a lo nuevo, al cambio y motivado para nuevos retos.

Es de carácter fuerte, ofrece resultados superiores y cumple con sus compromisos. Hace que las cosas sucedan, busca alternativas a los problemas e involucra a las personas hacia un objetivo común. Tiene un sentido de urgencia, una actitud de propiedad y nunca se rinde.

Hace que las cosas sucedan de una manera simple y práctica, es práctico, va directo al grano, simplifica y reduce la burocracia respetando las reglas.

Sabe escuchar, está atento, considera la opinión de los demás, no importa quién lo hizo, importa lo que hicimos. No se avergüenza de preguntar o decir que no sabe. No es arrogante ni engreído y actúa con respeto. No le importa el estatus ni cree que es dueño de la verdad. Prioriza el nosotros y no el yo.

Cumple con el acuerdo, es puntual con su agenda y sus compromisos. Realiza sus tareas de manera disciplinada. Es enfocado, pragmático, optimiza el tiempo, las actividades y los recursos. Da resultados, no crea justificaciones ni excusas.